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Ajo derse!

Está salado el patio. Menudo inicio de temporada.

La sra. Aguirre pide más policías el mismo día que quita maestros. ZP –de verdad que lo pienso y no he votado a esa gente en mi vida…  más bien haría por botarlos- que es el primer y único jefe de gobierno de izquierda que hemos tenido desde Juan Negrín, aliado con la derecha para consagrar el equilibrio de presupuestos en un país con la política social más pobre –paupérrima diría- de la UE a quince.

Me descojono. Mi profesora de gabacho echaba pestes de la SS francesa… hasta que se tuvo que agarrar una baja maternal cotizando como autónoma en MAD… ja, ja, ja, ja!! no se lo podía creer!!

Pues eso, que consagrar un déficit casi cero en un Estado como el nuestro es mantenernos a la cola de Europa en servicios ¿de verdad piensas que el presupuesto se va a cuadrar restando salarios de personal extra, eliminando obras, exposiciones, aeropuertos, carreras de coches, parques de atracciones… ad maiorem Dei gloriam!!?? ja!!

¿Te has preguntado alguna vez por qué hay que contratar asesores y personal extra en todas las administraciones y empresas públicas?

Mira, en el mejor de los casos –el peor es que sea el marido inútil de una concejala del ayuntamiento de tu pueblo o un cuñao alcohólico de un ministro y que tengas tú que lidiar con ellos- el político llega al cargo con una –como se dice ahora- agenda de trabajo que se suele repartir así: aproximadamente un treinta por ciento del trabajo, el esfuerzo y el presupuesto se van en el cumplimiento de las promesas electorales que resultaron prometedoras para los votantes –por ejemplo la ley de dependencia, las pensiones para la peña que cobra quinientos palos al mes y paga otros tantos de alquiler o cien de gastos de comunidad y el resto lo gasta en comer, también en los libros y el transporte de niños, de todos los colores, que viven en casas con poca pasta y todas esas fruslerías que le hacen a la gente la vida más fácil- y el resto se va en contar lo bien que lo he hecho y en que te preguntes: por qué no me reeliges.

Naturalmente eso con los mimbres de la Administración no se hace ni de coña. Pero ni de coña!! te tienes que agenciar, y pagar,  una estructura paralela que te permita acción política desde tu puesto, porque con los funcionatas no se puede contar, no me atrevo a, en público, posicionarme ni a favor ni en contra.

Así que, que a estas alturas me vengan a explicar lo molones que vamos a ser porque –desde la derecha- la pasta que vamos a ahorrar en coches, en representaciones de Albacete en Bruselas [tiene huevos la cosa] en publicaciones, en interinos de la educación o la sanidad la vamos a dedicar a acción social o –desde los de ZP- que es necesaria estabilidad presupuestaria que permita crear excedentes –verídico, se lo he escuchado a un paleto del PSOE estos días- que se puedan dedicar a acción social. Joder, si hay estabilidad presupuestaria no crearemos un puto excedente será lo comido por lo servido ¿a estos no les explicó nadie lo del déficit presupuestario como instrumento de acción política?

Hasta el propio Don Felipe, prócer de la izquierda, al parecer obnubilado por sus relaciones con el ingeniero Slim, se descuelga diciendo que para ser como los suecos primero hay que apretarse el cinturón ¡venga ya tío! qué más nos vamos a apretar?? ¿las espinillas? los suecos, además de ser millonarios y de pagar impuestos, igual que muchos de nosotros, como leones, llevan haciendo políticas deficitarias desde el año cincuenta y endeudándose a bajo precio con pasta de su país. Vete a decirle a los botines que paguen más impuestos o que financien a coste a la Administración. No sé si alguien se lo ha sugerido, pero si lo han hecho todavía se estarán deshuevando.

Terminemos ajo derse! Mañana voy de boda. Matrimonio casi de guerra; cincuentones recientemente –ella y él- en el desempleo de Telefónica. Cuarenta y cinco días en el bolsillo y búscate la vida. Hasta hace poco las prejubilaciones de esa empresa de golfos las pagábamos entre todos; como ahora no, a la puta calle sobre la marcha. Les daré pasta de regalo. Suerte chicos!!

Ajo derse! no, ajoblanco. Mi gazpacho favorito. Lo tenía en la cabeza desde que leí, en su día, el menú de la coronación de JC, entre otras cosas: ajoblanco y sopa de tortuga. No sé si lo he soñado. Mi amiga E dice que no es posible porque fue en invierno ¿? quizá lo soñé… desde luego lo de la sopa de tortuga, si fue verdad, hoy sería como para pedir la Republica del mismo viaje en el que hacemos la reforma de la Constitución.

Hace muchos años coincidí –en la mili- con un pibe de Granada que trajo un par de puñados de almendras de su casa y nos hizo un ajoblanco en el cuartel. No he podido resistirme desde entonces.

Fácil. El ajoblaco sólo tiene dos misterios: la calidad de la almendra y molerla muy fina.

Ya te he contado en otra ocasión que las almendras que gastamos en casa son casi silvestres. Incluso de un año para otro tienen un sabor excepcional –nada que ver con las que venden el súper- y además me las regalan peladas, menos que en la foto de abajo. No puedo pedir más.

Para aprox. un litro de ajo blanco puedes usar unos cien gr. o menos de almendras peladas, escaldadas y sin la piel marrón, uno o dos dientes de ajo –si son moraditos de Cuenca como los de la primera foto, mejor- como medio vaso de aceite de oliva fino. Para esta sopa me gusta más el aceite fino que el AOVE porque conserva mejor el sabor de la almendra e igual te digo con los ajos, mejor menos que más.

Además necesitas un poco de sal, lo que te guste de vinagre y un par de rebanadas de pan viejo –pero no duro- cuanto más blanco mejor.

Te agarras las almendras y las mueles los más fino posible. Un mortero de piedra te irá de perlas, mucho mejor que una trituradora eléctrica. Cien gramos de almendras son un poco más que un puñado.

Una vez que tengas la almendra molida la sacas y pones en el mortero uno o dos dientes de ajo y los machacas bien añadiendo un hilito de aceite como si estuvieras haciendo ajo ídem. Cuando empiece a ligar la salsa le vas añadiendo aceite y la almendra molida, majando bien. Obtendrás una especie de pasta entre mayonesa y plastilina :)) cuando termines, la disuelves con un poco de vinagre y le añades sal al gusto.

En este punto hay varias teorías. Puedes añadirle el pan en trocitos y pasarlo todo por la minipimer, con un poco de agua, para sacar un puré espeso que guardas en la nevera. Cuando lo vayas a servir pones una o dos cucharadas soperas en un plato hondo y le añades agua fría. Vueltas, vueltas, vueltas, con la cuchara y para el body.

Puedes, también, meterlo todo en cacharro grande con el agua y los trozos de pan, pasarle bien la batidora, colarlo –no es necesario si has molido bien la almendra- y guardarlo en la nevera como si fuera horchata.

El ajoblanco se suele beber acompañado de unas uvas o de trocitos de melón. Ya me contarás qué. Cuéntame, también, cómo te quedó el brazo de las almendras… ja, ja, ja, ja!!

Te cuento una curiosidad. Si a mitad de camino te arrepientes del ajo y tienes la almendra molida puedes hacer orgeat que es el equivalente francés a la horchata, de hecho en francés –sorprendentemente- orgeat suena similar a horchata sin la la última a ;) En realidad la horchata gabacha se hacía con cebada orge y azúcar, pero ahora es un sirope de almendra de esos que le gusta tanto a estos… tipo peppermin, granadina o cassis.

Si te rajas, sustituye todo, menos la almendra y el agua, por la cantidad de azúcar que te convenga y lo guardas en la nevera hasta que esté bien frío.

Bss :))

actualización: ay!! me dice una amiga que la etimología de horchata también se traduce por «hecho de cebada»  será así, quizá por eso suena parecido… te cambio la curiosidad, en gabacho tener sangre de horchata se dice tener sangre de nabo… ja, ja, ja, ja!! muchas gracias por la info!!

actualización 2: haz click aquí

Tortas de alajú

Sí, es verdad… el domingo estuvimos haciendo alajú. Yo llevé el peso intelectual de la operación ;) pero se lo curraron por mí ja, ja, ja, ja!! la experiencia es lo que tiene!

El alajú es un dulce típico de Cuenca, Guadalajara y Albacete y de la zona interior de levante –de Valencia-  no apto para personas sensibles a la sobredosis de calorías.

Vaya por delante que a mí no me hace ni fu ni fa pero tengo unas amigas –las gorronas habituales- que, casi, se dejarían hacer cualquier cosa por una torta de esa vaina.

Supongo que es un dulce de cuando no había golosinas y las retrotrae a épocas… en fin! sólo decir que se pasaron la mañana mandándose fotos del puto alajú y preguntando a qué hora le podrían hincar el diente. Sabores de la niñez pero ninguna sensación para mí. Me dio una temporada por coleccionar recetas hechas con pan duro y esta fue una más… mis pobres primas postizas no pueden entender cómo no se me saltan las lágrimas como a ellas.

Antes se veían carteles en los bares de la carretera hay tortas de alajú, ahora sólo se encuentra –fuera de las tiendas de turistas- en las ferias de los pueblos, en las casetas del turrón. Nunca lo había probado hasta que éstas se enteraron de que tenía una receta para hacerlo –es de Carlos Valencia- y después lo compré una vez para ver cómo sabía el que no hacía yo :)

Por supuesto, alajú no significa panal de miel… ni de coña, pero ni de coña!! Es una palabra que claramente viene del árabe que se hablaba aquí y significaba: relleno o el relleno. Hay un libro –novela- sobre los últimos años de los granadinos musulmanes –A la sombra del granado, me parece recordar que se titula- con muchas varias recetas o comentarios sobre la comida de la época y que tiene rellenos de carnes y dulces muy parecidos a esta receta del alajú… de por ahí deben de venir los tiros más que del panal de rica miel.

La elaboración no es muy misteriosa. Nos sale muy bien porque usamos unos ingredientes excepcionales. Miel no comercial sacada directamente del panal. Almendras semisilvestres –que no veas la diferencia de sabor con las marconas de bolsa- y pan rallado que, hasta vergüenza me da decirlo ja, ja, ja, ja!! procede del horno de este cura.

Se ralla el pan duro y se tuesta un poco en una sartén grande. Se muelen las almendras –sin pelar- en una trituradora. Las almendras tiene que estar bien secas porque si no sacarás ¿a ver si lo adivinas? Se funde la miel en una cacerola grande a fuego lento y se junta con el pan y las almendras. Le añades ralladura de limón y de naranja –nosotros usamos esencia de naranjas y limones bío. Lo meneas todo y lo dejas enfriar. Si tus almendras son industriales le puedes poner unas gotas de extracto de almendras amargas para dar un poco el pego… pero ojo porque como se te vaya la mano con esa vaina arruinas el dulce.

Para medio kilo de miel puedes usar unos trescientos gramos de almendras y cuarto de pan rallado.

Cuando esté un poco frío –no mucho porque se queda como una piedra- lo pones entre obleas con algunas almendras enteras por dentro y, listo. Dura el tiempo que quieras.

Ten cuidado porque eso puede matarte.

Beso.